Con algunos problemas de organización en los accesos que colapsaron, La Renga convocó a unas 60.000 personas en el Autódromo de La Plata. Mucho retraso y mucho rock.
Desde temprano, a eso de las 16 , se empezó a vivir la previa del concierto de La Renga, dentro y fuera del gigantesco Autódromo Roberto Mouras de la ciudad de La Plata. A los costados del escenario principal, más precisamente donde se colocan siempre las pantallas de video, se montaron unos escenarios secundarios y se escuchó a grupos como La Richieri, Locura Extrema o No Tan Distintos, entre otras. Punto importante para destacar y comprender la filosofía de La Renga: bandas que no cuentan con un público numeroso y una banda consagrada les da un lugar para expresarse. La única que hizo eso continuamente después del arrasador cierre de locales para tocar post Cromañón.
Afuera el clima también era de fiesta, cientos de micros, combis y autos con banderas de la banda, gente saltando y cantando. Pero lo complicado fue llegar hasta la zona de entrada al autódromo. El lugar está ubicado en el kilómetro 49 de la Ruta 2, pero desde el kilómetro 45 el camino estaba colapsado. Se avanzaba muy lentamente y, sin más remedio, todos los vehículos comenzaron a estacionar en las banquinas y posteriormente en la mismísima ruta. Eso provocó un corte total durante un par de horas (sí, de ambas manos). Lo curioso es que en todo ese trayecto, con suerte había dos o tres autos de control de tránsito estatal. Mal organizada la llegada, sabiendo la masa de gente que llevan los muchachos de Mataderos.
La gira de Algún Rayo continuará el 7 de mayo en Chaco, luego Uruguay, Chile y concluirá el 25 de junio en Tucumán. Así que para ver a los muchachos, habrá que subir a las rutas de nuevo.
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