La cantautora abrió una nueva etapa artística en su vida: en un show íntimo en el Café Vinilo, presentó canciones nuevas y se despidió de los clásicos.
Tras residir siete años en Los Ángeles se decidió a volver al país para retomar su prolífera carrera artística. La libre búsqueda siempre fue un motor muy grande en ella para sus creaciones. Desde su formato pop–rock de sus discos solistas (“El cerebro, “La Bestia” y “Amorama”) al actual folclore experimental se evidencia una mutación que más bien pone de manifiesto su gran caudal musical antes que se dé lugar a la típica crítica – que muchos tal vez le pueden hacer – de perder autenticidad.
La cita era a las 24, no obstante Erica y su banda salieron al escenario a la 1. El público estaba muy ansioso por verla. Fue el primer concierto propio que la cantante brindó tras su vuelta. Aunque hay que aclarar que ya vino pisando en la escena local desde el año pasado en el mini concierto en el Hot Festival, en la presentación para la prensa de su proyecto Eleven y en el corriente año participó en la fiesta Santo Bombo.
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